Con la evolución de los patrones de alimentación, en la alimentación moderna surgen nuevos conceptos como “junk food” o “fast food”, que a menudo se les da el mismo significado, lo cual es erróneo. Desde una perspectiva nutricional, es crucial entender estas diferencias para tomar decisiones alimentarias informadas.
Para saber en qué consisten estas diferencias, primero vamos a definir estas dos ideas.
Escrito por Cristina García Serrano, nutricionista y docente del área de nutrición de INESALUD.
"Junk food" o "fast food"
La comida rápida o fast food es una alternativa práctica, de precio razonable y permanentemente disponible, a la comida preparada en el hogar. Así, las comidas rápidas están diseñadas para hacer un consumo rápido, ya sea en el propio establecimiento donde se cocina, para llevar o con entrega a domicilio. Este tipo de comida se ha popularizado mucho de forma reciente.
Y la comida basura o junk food, o también comida chatarra, se refiere a la comida que tiene un valor nutricional bajo, ya que tiene un alto contenido en calorías, basado en que su composición es rica es azúcares, grasas, sobre todo grasas saturadas, harinas refinadas, sal y numerosos aditivos alimentarios como el glutamato monosódico.
Fast food saludable ¿es posible?
A diferencia de la junk food, la fast food puede incluir opciones saludables dependiendo de los ingredientes y métodos de preparación utilizados. Algunas características de la fast food saludable incluyen:
Ingredientes frescos y naturales: Ensaladas, sándwiches con pan integral, y wraps con verduras frescas y proteínas magras son opciones nutritivas.
Cocinado saludable: Cocinar a la parrilla, asar al horno o al vapor en lugar de freír puede reducir el contenido de grasa.
Porciones controladas: Elegir porciones más pequeñas y equilibradas puede ayudar a controlar la ingesta calórica.
Sustituciones más sanas y equilibradas: Optar por agua o jugos naturales en lugar de refrescos azucarados, y frutas o yogur en lugar de postres altos en calorías.
Por lo que aplicado al estilo de vida tan rápido en el cual convive un alto porcentaje de la población, resulta interesante beneficiarse de las ventajas que ofrece la comida preparada, como fácil preparación y cómodo, rápido y económico consumo.
A esta nueva tendencia, se le ha bautizado con el nombre de “fast good”. Cuya creación parte de la premisa de que se puede consumir comida rápida. Sin embargo, ante un buen perfil nutricional, la fast food puede ser un alimento que favorece una alimentación saludable.
¿Por qué seguimos queriendo comer "junk food" o comida basura?
Si bien es cierto que la comida basura surgió, en su momento, como una alimentación inmediata y barata pero poco saludable, ahora aparece la fast food para mantener este concepto de comer rápido y económico, pero sano. De esta forma, se cubre la preocupación de la sociedad de cuidar más de la alimentación. Sin embargo, antes las opciones, ¿por qué la junk food sigue estando en ranking de comidas más consumidas a nivel mundial?
Pues esta pregunta tiene una respuesta, y se encuentra en el cerebro. ¡Te lo explicamos!
Aunque se puede pensar que el gusto por la comida basura es solo porque sabe bien, hay una explicación científica de por qué se desea comer más. El cerebro naturalmente busca experiencias placenteras, lo que incluye el consumo de alimentos con una alta palatabilidad. Este impulso cerebral se conoce como el sistema de 'recompensa'.
Cuando alguien consume estos alimentos, se activa el circuito de recompensa en el cerebro. Esto libera una sustancia química llamada dopamina. Esta descarga química llena el cerebro de placer, y en respuesta, el cerebro crea más receptores de dopamina. De la misma forma que las personas con adicción a las drogas o al alcohol necesitan dosis mayores con el tiempo, se anhela más comida basura cuanto más la consume.
Es decir, aunque la fast food saludable intenta satisfacer la necesidad de una alimentación rápida y saludable, la junk food sigue siendo popular debido a la respuesta de nuestro cerebro. La liberación de dopamina y la activación del sistema de recompensa nos impulsan a buscar esa gratificación inmediata, haciendo que la comida chatarra sea una opción difícil de resistir a nivel mundial.
A continuación, explico cuál suele ser la composición nutricional de los alimentos que componen este tipo de alimentación:
Alto contenido de grasa: Los alimentos basura como hamburguesas, pizza, pollo y patatas fritos contienen muchas grasas saturadas. Consumir demasiadas grasas saturadas en la dieta provoca aumento de peso y obesidad, lo cual es perjudicial para la salud cardiovascular y puede causar otras enfermedades.
Alto contenido de sal: estas comidas suelen tener un exceso de sal. Ya hay mucha sal en alimentos como pan, cereales de desayuno y galletas. Consumir demasiada sal es perjudicial para la salud, como hipertensión arterial, retención de líquidos y enfermedades y cálculos renales.
Alto contenido de azúcar: Bebidas gaseosas, zumos, galletas, pasteles y dulces contienen grandes cantidades de azúcar, lo que los hace más sabrosos, pero consumir demasiado azúcar provoca aumento de peso, caries dentales, problemas sanguíneos y otras enfermedades.
Aunque este tipo de comidas, contienen algunos nutrientes necesarios como sal, grasa y azúcar, necesarios para obtener energía, el exceso de estos componentes es perjudicial para la salud.
De hecho, algunas investigaciones han mostrado que la junk food podría causar dislexia, TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y posiblemente autismo.
El impacto que tiene en el estado de salud es negativo, puesto que:
Provoca un aumento de peso y obesidad:pues la alta densidad calórica que presentan unido a su bajo valor nutricional, provocan la ganancia de peso, asociadas a otros problemas de salud como la diabetes tipo II, enfermedades cardíacas, y algunos tipos de cáncer.
Problemas cardiovasculares:Las grasas saturadas y trans presentes, elevan los niveles de colesterol LDL, lo que supone un aumento de las probabilidades de sufrir alguna enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.
Hipertensión: el alto contenido en sodio, como ya se ha mencionado, provoca un aumento de la presión arterial, lo que es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares y problemas renales.
Déficit de vitaminas y minerales: Estos alimentos suelen presentar un déficit de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales o fibra, lo que puede provocar series deficiencias nutricionales y afectar el sistema inmunológico, haciéndolo más susceptible a enfermedades.
Inflamación y dolor: Los altos niveles de azúcar y grasas trans pueden promover la inflamación en el cuerpo, lo que puede causar dolor en las articulaciones y músculos, dificultando más la práctica de actividad física.
Para mejorar la salud y bienestar, es fundamental hacer elecciones alimentarias informadas y optar por alternativas de comida rápida que sean nutricionalmente equilibradas. Así, se podrá disfrutar de la alimentación que mejor se adapta a las necesidades individuales, sin comprometer la salud.
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